domingo, 20 de marzo de 2016

Giacomo Antonini en Toledo en 1935: un espía de Mussolini muy especial

En algunas ocasiones, una fotografía es la puerta de entrada al descubrimiento de trayectorias humanas dignas de una novela. Algo parecido es lo que me ha sucedido recientemente tras encontrar una fotografía en tomada en Toledo el 23 de marzo de 1935. En dicha fotografía que localicé de forma casual, aparece un hombre con traje, gafas de cristales circulares y una especie de boina calada muy ajustada a su cráneo. Se sitúa indudablemente en Toledo, en la zona sur de la ciudad, cerca de la actual cornisa, y aparece flanqueado por una plantación de jóvenes sóforas alineadas en cuatro hileras. Al fondo se ve parcialmente el Alcázar y a sus pies la torre de San Miguel, y sobre la cabeza del protagonista se observa con claridad la Iglesia de San Lucas. Cerca del personaje se sitúa una fuente pública, aparentemente con el grifo abierto, y al fondo, ajenos a la presencia del fotógrafo, aparece un hombre con dos niñas, tal vez sus propias hijas, mirando al sur probablemente con la mirada perdida en las aguas del Tajo o los cerros del Valle.
Giacomo Antonini en Toledo el 23 de marzo de 1935. Fotografía de Reijnier Flaes, (pseudónimo F.C. Terborgh). Cortesía de Jan Doets.

Esta fotografía fue descrita en su propio diario por el fotógrafo que la tomó, con estas palabras en holandés: "23 march 1935: met Antonini naar Toledo - Venta de Aires - gewone bezienswaardigheden. Prachtige maannacht - straatmuziek - sereno - uitmuntende stemming." Traducido al castellano viene a decir "23 de marzo de 1935. Encuentro con Antonini en Toledo. Venta de Aires. Lugares de interés (turístico) habitual. Hermosa noche de luna. Música en la calle. Sereno. Excelente estado de ánimo". El autor de la misma no es otro que el neerlandés Reijnier Flaes, más conocido por su pseudónimo F.C. Terborgh, notable diplómatico, escritor de prosa y poeta, nacido en 1902 y fallecido en 1981.
El mayor interés de la fotografía se encuentra, sin embargo, en la persona fotografiada. Se trata nada menos que de Giacomo Antonini, polifacético personaje nacido en Venecia el 18 de septiembre de 1901 y fallecido en París el 1 de marzo de 1983.
La vida de Antonini parece sacada, como os decía al comienzo, de una novela. En aquella convulsa Europa, amenazada ya de lleno por los totalitarismos fascista y comunista, y con un tablero de juego en el que interactuaban además los intereses de los diferentes países, figuras como las de Giacomo Antonini son clave para entender cuán complejas son las relaciones humanas, profesionales, políticas o literarias cuando la necesidad aprieta. Antonini provenía de una familia acomodada y contaba con un alto nivel cultural. Su padre era propenso al juego y mujeriego, mientras que su madre era una holandesa, tolerante y liberal, trece años mayor que su padre. El ascenso al poder de Mussolini en 1922 coincide con la juventud de Antonini, que desde 1914 había vivido en un internado en Holanda tras la ruptura de sus padres. Antonini contaba con 21 años cuando el Duce toma las riendas del poder, y tal vez por ello profesaba sentimientos encontrados con respecto a su ideología fascista: por un lado, al provenir de una familia pudiente, le tranquilizaba la preservación del orden establecido pero por otro, su elevado nivel cultural y su juventud le hacían sentir un claro rechazo al populismo que, como todo totalitarismo, el fascismo de Mussolini promulgaba. Con el paso de los años, Antonini se había mantenido en una posición más bien apolítica demostrada en diversos artículos publicados en revistas holandesas, y no militaba en el Partido Fascista Republicano de Mussolini.
Sin embargo, en enero de 1935, dos meses antes de la foto tomada en Toledo, Giacomo Antonini se convirtió en informador y espía de la OVRA (Organizzazione per la Vigilanza e la Repressione dell'Antifascismo, en español "Organización para la vigilancia y la represión del antifascismo") que era la policía secreta italiana en tiempos de Mussolini. ¿Cómo explicar que un librepensador como Antonini tomara esta decisión? En opinión de uno de los mejores conocedores de su biografía, Jan Doets, ello se explica por una confluencia de factores, entre los que destaca algo tan prosaico como la imperiosa necesidad de dinero que Giacomo tenía por entonces, principalmente debida a su divorcio con su esposa Hetty Marx. La información que Antonini remitió a sus superiores tuvo repercusiones importantes, incluso en ocasiones no deseadas por él, como por ejemplo el asesinato a manos de los sicarios de Mussolini de los hermanos Nello y Carlo Rosselli.
Entre 1938 y 1939 se convirtió en corresponsal de la agencia de noticias italiana oficial Stefani en París y trabajó para el departamento extranjero del partido fascista italiano. Tras la invasión italiana de Francia, se trasladó a Roma. En julio de 1941 regresó como director de Stefani de vuelta a París y fue también agregado de prensa de la Embajada de Italia, almorzando al parecer cada semana con su homólogo alemán. Tras el armisticio de Italia con los aliados en septiembre de 1943 se negó a continuar con su trabajo, por lo que fue internado por el gobierno fascista italiano por primera vez en Villes y posteriormente en Salsomag-Giore. Tras ello fue obligado a vivir en Venecia. En agosto de 1944 regresó a Francia cruzando ilegalmente los Alpes. Antonini fue detenido por las Milicias Patrióticas Francesas del distrito XI de París en octubre de 1944. Después de un juicio, fue absuelto de colaboración con los nazis en enero de 1945. El resto de su carrera tras la finalización de la II Guerra Mundial la dedicó a ser crítico literario en lengua francesa e inglesa, siendo muy reconocido en este campo.
Como veis, se trata de todo un personaje, con una vida muy azarosa que he resumido, pero que os invito a conocer a fondo en las diferentes páginas y artículos que relatan sus vivencias. De nuevo Toledo y la fotografía sirven de puerta de entrada a la investigación y al conocimiento de biografías que de un modo u otro han influido en la historia.
Como curiosidad, indicar que el lugar exacto donde fue tomada la foto es el Paseo de la Cruz Verde (click aquí para ir al Google Street View), zona que quedó bastante cambiada desde la construcción de la Ronda Cornisa, no quedando nada de la plantación que se ve en la foto de 1935.
Agradeciendo a Jan Doets la cesión de la imagen, me despido esperando que os haya gustado la curiosa historia que hay detrás de ella y con la esperanza de poder desvelar algún día la respuesta a la pregunta, ¿qué vino a hacer Antonini a Toledo?
Giacomo Antonini en Toledo en 1935 fotografiado por Reijnier Flaes (detalle)

sábado, 5 de marzo de 2016

Toledo hacia 1880 en un rarísimo álbum de Casiano Alguacil

Será con el paso de los años, de las décadas y —probablemente— de al menos una generación, cuando la historia reconozca y comprenda el cambio que para la humanidad ha supuesto la existencia y el desarrollo de internet. En lo relativo a la investigación sobre fotografía histórica, internet ha supuesto un salto exponencial en cuanto a accesibilidad y posibilidades de localización de fotografías y de instituciones que las custodian, pero también de personas interesadas en la materia, que a menudo son joyas tan importantes o más que las propias fotografías.
Ello se hace especialmente importante cuando el objetivo de la investigación requiere ir más allá de nuestros límites geográficos, como es el caso de Toledo. Lo he dicho mil veces y nunca me cansaré de repetirlo: Toledo es un tesoro que trasciende cualquier tipo de frontera, física o espiritual, temporal e incluso religiosa. Investigar sobre la fotografía histórica de tu ciudad podría parecer algo provinciano o localista, pero cuando hablamos de Toledo los términos se invierten. Investigar el pasado fotográfico de Toledo es una experiencia iniciática que te obliga a viajar en el tiempo y en el espacio haciéndote comprender su grandeza y la de de su historia y de las vivencias de quienes sintieron y amaron esta maravillosa ciudad. Conocer Toledo es conocer el mundo, si la investigación se lleva a cabo con amplitud de miras y con un espíritu abierto e inquieto.
Y es que estudiar la historia de Toledo a través de la fotografía es emprender un viaje de ida y vuelta enormemente enriquecedor. Partiendo de tu ciudad en busca de imágenes, pronto comprendes que ese viaje te ha de llevar por todo el planeta, por todos aquellos lugares en los que hubo personas que de un modo u otro se interesaron por Toledo y terminaron enamorándose de ella, hasta el punto de ir mucho más allá de visitarla, para llegar a querer hacer eterno su recuerdo de la ciudad en forma de fotografías que han sido cariñosa y celosamente guardadas durante años y años...y que hoy podemos admirar.
A todo ello, indudablemente, ayuda sobremanera internet, que pone a nuestro alcance poder compartir en red esa pasión hecha fotografías a lo largo del mundo.
Con el nacimiento de la fotografía en el siglo XIX, aquellos pioneros románticos que quisieron hacer eterna su visión de la ciudad llevando a casa fotografías de Toledo, tenían dos opciones: tomar ellos mismos las fotografías, lo cual era un lujo técnico y económico al alcance de muy pocos (E.K. Tenison, F.A. Oppenheim, Alphonse De Launay, Gustave de Beaucorps y pocos más) o bien adquirir fotografías tomadas por los primeros fotógrafos que comercializaron imágenes de Toledo (las primeras series estereoscópicas de Sevaistre, Andrieu, Lamy, Masson, Begue o álbumes y copias de los trabajos realizados por Clifford, Laurent o Alguacil). De entre todos ellos destaca un caso muy peculiar, por no ser extranjero y sin embargo haber conseguido dispersar su obra por medio mundo ya en el siglo XIX. Estoy refiriéndome al genial Casiano Alguacil, monteño de Mazarambroz, probablemente el mejor fotógrafo español del siglo XIX, y uno de los mejores embajadores que tuvo la ciudad en aquel siglo que vio nacer la fotografía. Pese a que no fue el primer toledano en comercializar imágenes de Toledo, pues por ejemplo Alfonso Begue ya lo hizo con sus fotos estereoscópicas hacia 1864, la prematura muerte de éste en 1865 con solo 31 años y la inmensa labor de Alguacil desde aproximadamente 1870 hasta comienzos del siglo XX, convierten a Don Casiano en el fotógrafo local de Toledo en el siglo XIX por antonomasia. Sumado a su talento fotográfico hay que añadir su visión comercial y su amplitud de miras que hace que su obra se dispersara por todo el mundo desde aquellos años, pues fotos suyas se incluyeron en publicaciones extranjeras como las de A.F. Calvert en 1907 o en álbumes destinados a personas pudientes desde el propio siglo XIX.
Como botón de muestra de ello y de la magia de internet, hoy tengo el placer de mostraros las fotografías de Toledo tomadas por Alguacil hacia 1880 incluidas en un rarísimo álbum conservado en la National Gallery of Art en Washington (EE.UU.) que recientemente esta prestigiosa institución ha digitalizado y divulgado en su web oficial.
Portada del álbum de la National Gallery con fotografías de Casiano Alguacil

La colección de fotografías es de un valor incalculable, no solo por su calidad de conservación, sino porque varias de ellas son hasta la fecha desconocidas, al menos que a mi me conste.
Sin más dilación, paso a ofrecéroslas, comenzando por la que es para mi la más bella y que sinceramente nunca antes había visto: una formidable estampa costumbrista de un zapatero remendón trabajando en un patio de Toledo dentro de la serie que Alguacil tituló "tipos toledanos":
Zapatero en un patio de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.

De esa misma serie de tipos toledanos, el álbum conservado en Washington incluye estas otras, algunas bastante raras también, con fotos similares a las conservadas en otras colecciones como las del Museo Sorolla, el Museo del Traje o la Colección Luis Alba, como por ejemplo las que se corresponden con unas jóvenes tocando el laúd y la guitarra en un patio:
Jóvenes tocando el laúd y la guitarra en Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Una mujer en un patio de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Cosiendo en un patio de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Patio de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.

Otra de las joyas que, al menos yo, jamás había visto es esta bellísima fotografía de un carro en un día de nieve en una típica calle de Toledo, tal vez la calle del Pozo Amargo por la posición al fondo de lo que parece ser una de las torres del Ayuntamiento, pero no estoy totalmente seguro:
Calle de San Marcos (?)  en un día de nieve en Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.

Muy rara es también esta vista de la Puerta Llana de la Catedral con la Plaza del Ayuntamiento al fondo:
Puerta Llana de la Catedral de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.

Del mismo modo es una joya muy extraña esta vista del Callejón de Bodegones:
Callejón de Bodegones en Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.

Formidable es esta fotografía de la Portada del Pelícano del Monasterio de San Juan de los Reyes en su emplazamiento original en perpendicular a la calle (hoy día se sitúa alineada con la calle Reyes Católicos):
Puerta del Pelícano en Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.

De enorme belleza son las fotografías del resto del Monasterio:
San Juan de los Reyes en Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Claustro de San Juan de los Reyes en Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Claustro de San Juan de los Reyes en Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Claustro de San Juan de los Reyes en Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
San Juan de los Reyes en Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
San Juan de los Reyes en Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.

La calle de Santo Tomé aparece en el álbum:
Calle Santo Tomé en Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.

La Catedral está muy bien representada en el álbum:
Catedral de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Catedral de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Catedral de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Puerta de los Leones de la Catedral de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Catedral de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Catedral de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Catedral de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Catedral de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Sala Capitular de la Catedral de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Sacrstía de la Catedral de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.

Aquí vemos la bellísima Iglesia de San Sebastián:
Iglesia de San Sebastián de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.

Aquí os pongo algunas otras fotografías incluidas en el álbum pero que sí son más o menos conocidas al conservarse copias en otras colecciones locales o extranjeras de las que se tenía conocimiento:
Puerta del Sol en Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Sinagoga de Santa María la Blanca en Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Hospital de Santa Cruz en Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Yesería en Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Una casa de la Calle Santa Úrsula en Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.
Ayuntamiento de Toledo hacia 1879. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.

Para finalizar, una de las joyas del álbum. Se trata de esta vista tomada por Jean Laurent, obtenida antes de 1868 (pues aparece el Artificio de Juanelo) pero posterior a 1864 (ya no se ve la Puerta de Alcántara) en un originalísimo formato panorámico con la excepcionalidad de presentar muchas personas en la toma, generando una animación en la imagen muy poco habitual en fotografías tan tempranas debido al elevado tiempo de exposición requerido para tomarlas. Una copia de esta misma toma fue incluida en el libro Toledo Olvidado 2 (recomiendo ampliarla):
Panorama de Toledo hacia 1865. Álbum de la National Gallery con fotos de Casiano Alguacil.

Como veis, una serie de imágenes absolutamente impagable que han recorrido, unos 150 años después, el camino de ida y vuelta cerrando un precioso círculo. Salieron de Toledo para dar a conocer la ciudad de entonces en el extranjero y hoy vuelven para mostrarnos a nosotros cómo era el Toledo de la segunda mitad del siglo XIX.

© TOLEDO OLVIDADO
Maira Gall