sábado, 29 de abril de 2017

Un viaje al Toledo de hace un siglo de la mano de Francesc Blasi

¿Cómo era Toledo hace exactamente un siglo? Puede parecer una pregunta de difícil respuesta por la precisión requerida, pero sin embargo, gracias a la magia de la fotografía, es posible saberlo.
Hace exactamente 100 años, en abril de 1917, el eminente industrial y escritor catalán Francesc Blasi i Vallespinosa realizó un breve pero intenso reportaje fotográfico de la ciudad de Toledo perfectamente datado y catalogado, conservado actualmente por el Centro Excursionista de Cataluña.
Blasi había nacido en Valls (Tarragona) en 1872 y durante su vida destacó no solo en su faceta de exitoso industrial, sino que a través de su gran pasión como excursionista, publicó obras de divulgación del patrimonio catalán, como la Guia de Poblet i Santes Creus (1928) o Santuaris marians de la diòcesi de Tarragona (1933). De sus viajes fuera de España también logró publicar libros sobre el Próximo Oriente, Estados Unidos, la Unión Soviética o Tierra Santa en sugerentes libros como Del país de les coses grans (1927) o Viatge a Rússia passant per Escandinàvia (1929). Fundó la Fundació Blasi i Vallespinosa, que cada dos años, desde 1953, convoca a través del Institut d’Estudis Catalans, un premio de monografias geográficas sobre Cataluña.
Francesc Blasi i Vallespinosa
Francesc Blasi falleció en Barcelona en 1951.
Su periplo por Toledo en abril de 1917 nos dejó 16 preciosas fotografías estereoscópicas (os ofrezco solo una de las dos partes de cada imagen estereoscópica para un mejor visionado) que hoy tengo el placer de ofreceros.
Comenzaré por esta bellísima vista del Paseo de la Rosa en la que, como puede verse, se situaba una de las estatuas de reyes godos y castellanos que han deambulado por muchos lugares de la ciudad desde 1787 (aquí un buen artículo de Mariano Calvo sobre ellas).
Paseo de la Rosa en abril de 1917. Fotografía de Francesc Blasi i Vallespinosa   © Centre Excursionista de Catalunya

Otra de las estatuas se situaba justo enfrente de la Puerta del Cambrón:
Puerta del Cambrón en abril de 1917. Fotografía de Francesc Blasi i Vallespinosa   © Centre Excursionista de Catalunya

Francesc Blasi tomó estas tres estupendas fotografías del Monasterio de San Juan de los Reyes:
Claustro de San Juan de los Reyes en abril de 1917. Fotografía de Francesc Blasi i Vallespinosa   © Centre Excursionista de Catalunya
Interior de San Juan de los Reyes en abril de 1917. Fotografía de Francesc Blasi i Vallespinosa   © Centre Excursionista de Catalunya
Claustro de San Juan de los Reyes en abril de 1917. Fotografía de Francesc Blasi i Vallespinosa   © Centre Excursionista de Catalunya

El Museo del Greco presentaba este aspecto hace justamente un siglo:
Museo del Greco en abril de 1917. Fotografía de Francesc Blasi i Vallespinosa   © Centre Excursionista de Catalunya
Museo del Greco en abril de 1917. Fotografía de Francesc Blasi i Vallespinosa   © Centre Excursionista de Catalunya
Museo del Greco en abril de 1917. Fotografía de Francesc Blasi i Vallespinosa   © Centre Excursionista de Catalunya

Mirad qué bella imagen de la Sinagoga de Santa María la Blanca:
Sinagoga de Santa María la Blanca en abril de 1917. Fotografía de Francesc Blasi i Vallespinosa   © Centre Excursionista de Catalunya

La Calle Ancha, o calle Comercio, tenía este aspecto en 1917:
Calle Ancha o Comercio en abril de 1917. Fotografía de Francesc Blasi i Vallespinosa   © Centre Excursionista de Catalunya

La Catedral estaba aún en obras tras haberse desmontado en los años anteriores el cimborrio y haber sido sustituidos todos los tejados. La Puerta de los Leones aún aparece con un vallado de madera:
Puerta de los Leones en abril de 1917. Fotografía de Francesc Blasi i Vallespinosa   © Centre Excursionista de Catalunya

Este era el Patio del Alcázar:
Patio del Alcázar en abril de 1917. Fotografía de Francesc Blasi i Vallespinosa   © Centre Excursionista de Catalunya

Desde la terraza exterior del Alcázar, Blasi obtuvo estas dos bellas imágenes:
Iglesia de la Magdalena vista desde el Alcázar en abril de 1917. Fotografía de Francesc Blasi i Vallespinosa   © Centre Excursionista de Catalunya
Vista desde el Alcázar en abril de 1917. Fotografía de Francesc Blasi i Vallespinosa   © Centre Excursionista de Catalunya

Es sencillamente sensacional esta vista de la Puerta del Sol:
Puerta del Sol en abril de 1917. Fotografía de Francesc Blasi i Vallespinosa   © Centre Excursionista de Catalunya

Para finalizar, una excelente vista de la Puerta Vieja de Bisagra en la que puede verse un olmo recién plantado junto a otros de mayor porte plantados muchos años antes:
Puerta Vieja de Bisagra en abril de 1917. Fotografía de Francesc Blasi i Vallespinosa   © Centre Excursionista de Catalunya

Como veis, se trata de una serie de imágenes que, a poco que nos dejemos llevar, nos trasladan a un Toledo muy diferente en muchos aspectos al actual, pero con multitud de lugares perfectamente identificables. Esa es la magia de Toledo que la convierte en una ciudad completamente especial y diferente a la mayoría: ver pasar el tiempo (un siglo, en este caso) sin perder su esencia y, a la vez, evolucionando. Un difícil equilibrio que debemos seguir luchando por mantener.

viernes, 14 de abril de 2017

El Cristo de las Aguas en alta resolución 81 años después de su destrucción

En plena Semana Santa como nos encontramos, creo que es el mejor momento para compartir con todos vosotros uno de los últimos hallazgos fotográficos que recientemente he tenido la suerte de realizar. Y digo suerte porque en esta ocasión poco o nada especial tuve que hacer: solamente abrir una caja llena de negativos con un impagable contenido y ser capaz de reconocer el valor de lo allí fotografiado. Mi infinito y eterno agradeciemiento Luis Rodríguez Bausá por permitirme el escaneo y divulgación de las imágenes contenidas en la caja.
En futuras entradas iré desgranando algunas de las imágenes contenidas en ese recipiente, y me centraré hoy únicamente en una fotografía. Ni más ni menos que el negativo original de la mejor fotografía que jamás vi del valiosísimo y veneradísimo Cristo de las Aguas, tomada por la Casa Rodríguez en los años 20.
Antes de ofreceros la imagen, es necesario recordar que esta talla, al parecer ejecutada en el siglo XVI, ocupó su lugar durante siglos en el desaparecido Convento del Carmen Calzado (situado en el actual paseo del Carmen, junto a Doce Cantos), siendo trasladada a la Iglesia de la Magdalena cuando el citado convento iba a ser sucesivamente desocupado, desmantelado y derribado. Pertenecía a la antiquísima cofradía de la Veracruz y del Cristo de las Aguas, según muchas fuentes considerada la más antigua de Toledo, de la que incluso decían que había sido fundada por el Cid Campeador. La imagen se perdió para siempre en el fatídico verano de 1936 durante la guerra civil, pues los bombardeos sobre el Alcázar destruyeron la mencionada Iglesia de la Magdalena, situada muy cerca del baluarte.
Sea como fuere, lo cierto es que el Cristo era uno de los más queridos de la ciudad, y a él se le pedían milagros relacionados (¿cómo no?) con el líquido elemento, siendo habitual que se le sacara en procesión en las sucesivas sequías, tan recurrentes y habituales en nuestro duro clima castellano.
Diario La Unión Católica del 28 de abril de 1896. reseña de la salida en procesión del Cristo de las Aguas en rogativa pidiéndole la lluvia que acabase con la sequía
El Cristo tenía su propia leyenda (texto completo aquí), la cual narraba cómo apareció milagrosamente en las aguas del Tajo en Toledo.
Se conservaban imágenes del Cristo (luego ofreceré una selección de ellas), pero solían ser de escasa calidad o tomadas desde la distancia. De ahí mi enorme alegría cuando comprendí, al mirar el negativo al trasluz, que estaba ante el original de su mejor fotografía en primer plano. Sobrecoge admirar al ver la imagen el grado de detalle que el negativo ofrece: se pueden contar los cabellos, recorrer con la vista los pequeños pliegues de la barba, contar cada espina de su corona o leer la inscripción que se situaba tras él:
Cristo de las Aguas, Iglesia de la Magdalena. Fotografía de Rodríguez, años 20.
Cristo de las Aguas en los años 20. Foto Rodríguez.

Impresionante, ¿verdad? Veamos ahora el resto de fotos que existen de la talla. Aquí le vemos en su ubicación en la iglesia:
306 - Imagen del Cristo de las Aguas en la iglesia de la Magdalena
El Jueves Santo el Cristo de las Aguas desfilaba junto con las valiosas tallas de la Iglesia de la Magdalena junto a su cofradía:
Cristo de las Aguas desfilando en Semana Santa en la Plaza de San Vicente. Fotografía de Francisco Rodríguez Avial hacia 1910 © Herederos de Francisco Rodríguez Avial
Cristo de las Aguas en una procesión de Semana Santa durante la II República. Colección Luis Alba.
Cristo de las Aguas  © Fondo Rodríguez. Archivo Histórico Provincial. JCCM. Signatura 01B-333
Cristo de las Aguas en 1924
Pasos de Semana Santa de la Iglesia de la Magdalena, destruidos en la Guerra Civil (al fondo de la imagen el famoso Cristo de las Aguas)
Procesión de jueves Santo a comienzos del siglo XX © MECD, Fototeca del IPCE, signatura VN-10439_P

Hoy, gracias a la magia de la fotografía, esta talla está un poco menos perdida...un poco más presente. La calidad de la imagen es tal que un buen tallista sería capaz de reproducir su rostro fielmente y, ¿quién sabe?, reavivar en Toledo el interés por este Cristo que, a la vista del estado del Tajo, tal vez sea el único capaz de obrar el milagro de reaparecer metido en una caja en su descenso aguas abajo para de una vez por todas despertarnos de nuestra apatía por el estado del río. El problema es que sería probable que en lugar de besar la orilla junto al Puente de Alcántara apareciera junto a un campo de golf en tierras murcianas. Lo siguiente sería atribuir la talla a Salzillo, y el expolio sería ya completo.

Luchemos todos, gentes del campo y de la ciudad, creyentes y no creyentes, por recuperar la dignidad de nuestro río y de de nuestras aguas para que, aunque solo sea una fantasía, nuestros hijos puedan también escribir bellas historias ligadas al río que nos rodea.
© TOLEDO OLVIDADO
Maira Gall